Cualquier persona enterada del mundo de los casinos y juegos de azar con seguridad conoce el apellido Pelayo. Esta familia mítica originaria de Madrid, España, consiguió algo que bien podría clasificarse como el sueño del apostador promedio: ganarle a la casa en repetidas ocasiones y amasar una fortuna en el proceso.
Es tanta la fama de esta familia que se puede encontrar una gran cantidad de información sobre los pelayos online, incluyendo artículos en revistas famosas, libros y hasta una película.
Sin embargo, el proceso para alcanzar tal éxito no fue para nada sencillo y la familia tuvo que enfrentarse a una serie de adversidades. Sigue leyendo y conoce el método de los Pelayo, junto con su increíble saga de eventos.
El padre inventor del método
La historia de la familia Pelayo comienza una mañana como todas las demás, cuando el multifacético padre de familia, Gonzalo García Pelayo, tuvo una revelación que le cambiaría la vida: “ninguna máquina es perfecta”. Gonzalo pensó en los relojes suizos aclamados por su gran precisión y en las lanzaderas de la Nasa, las que por obligación deben tener la mínima cantidad de errores posible.
Él pensó que ya que estas máquinas tan precisas tenían sus defectos, también debían tenerlos otras más, como las ruletas de los casinos. Por lo tanto, una imperfección en una ruleta, así sea minúscula e imperceptible a la vista, puede alterar notablemente sus resultados.
Para probar su teoría, Gonzalo, en compañía de sus hijos Iván y Vanessa, empezaron a visitar el Casino Gran Madrid en el trascurso de varias semanas para anotar los miles de números ganadores que se dieron durante dicho periodo de tiempo. Posteriormente, los números fueron introducidos en un programa de computador en el que se realizaban simulaciones para cada ruleta, especificando la ventaja para el jugador.
De esta manera, Gonzalo García Pelayo pudo comprobar que, en efecto, las imperfecciones de la máquina hacían que la bola cayera más frecuentemente en un número específico, por lo que decidió armarse de su conocimiento, crear un grupo de trabajo con sus familiares e ir a conquistar los casinos.
El inicio de la leyenda de los Pelayo
Además de sus hijos Iván y Vanessa, varios primos de la familia se unieron al grupo y crearon un plan: cada miembro de la familia se ubicaba en una mesa de juego diferente y se dedicaba a jugar durante 6 horas seguidas, anotando cuidadosamente los resultados. Luego de 6 horas, se hacía un relevo y otro integrante del grupo se sentaba en la mesa para recopilar datos durante 6 horas más. De esta manera los Pelayo cubrían totalmente el horario de 12 horas del casino; desde que abría hasta que cerraba.
Luego de recopilar los datos, los miembros de la familia entregaban la información a Gonzalo, quien la introducía en su programa de computador para hacer las simulaciones y encontrar los números con más probabilidades de ganar. Una vez identificados los números, Gonzalo se los hacía saber a los demás miembros del grupo, quienes los apostaban y ganaban en grande.
Solamente durante los juegos olímpicos de Barcelona en 1992 la familia logró amasar la suma de 70 millones de pesetas, lo que corresponde a aproximadamente €420.000. Cabe mencionar que para la época, esta cifra era una suma exorbitante de dinero.
Pero los problemas empezaron
El Casino Gran Madrid empezó a descubrir que algo andaba mal debido a que era totalmente inusual que el mismo grupo de personas ganara tantas veces a la ruleta. Así es que el casino empezó a experimentar con varios métodos, yendo desde reemplazar las bolas hasta hacerlas girar a una velocidad mayor. Sin embargo, el método de los Pelayo siempre triunfaba.
Al final el Casino Gran Madrid decidió vetar a todos los miembros de la familia Pelayo de sus mesas de juego, lo que Gonzalo consideró una afrenta a sus derechos, ya que en realidad no estaba haciendo ninguna trampa.
Sin embargo, los Pelayo no se rindieron y decidieron hacer un tour por toda Europa para probar sus métodos en otras ruletas. La familia tuvo la oportunidad de viajar a Austria, Dinamarca y Holanda, en donde aplicaron exitosamente su ingenioso método. Los miembros llegaron a cosechar la grandiosa cantidad de 250 millones de pesetas (€1.500.000 aproximadamente, una suma realmente significativa para mediados de los años 90).
Sin embargo, las alegrías duraban poco para la familia Pelayo, ya que al extenderse su fama, los casinos los vetaban con una gran facilidad. Al final ningún casino de Europa aceptaba a los Pelayo en sus mesas, lo cual los llevó a visitar la Ciudad del pecado.
El final del camino en Las Vegas
Las Vegas es sede de los casinos más imponentes del planeta y cuenta con una vasta experiencia en el mundo de las apuestas. Allí la casa tiene toda la ventaja y conoce todos los trucos que las personas han empleado.
En definitiva, los Pelayos se enfrentaron a un monstruo totalmente diferente, que, de todas formas, decidieron atacar con determinación. En esta ocasión los miembros de la familia se disfrazaron con pelucas y hablaron con acentos diferentes para burlar el ojo omnipresente del casino.
Sin embargo, solo en esta ocasión, la casa fue más lista y tendió una trampa. Gonzalo estaba sentado en una de las mesas, como de costumbre, cuando sus ojos empezaron a ver lo increíble. El número que consideraba como de menor probabilidad, el 19, había caído. Gonzalo no se inmutó y siguió jugando, solo para sorprenderse cuando el mismo número cayo una segunda vez, de forma consecutiva. El golpe final vino cuando el nefasto 19 cayó por tercera vez consecutiva, lo cual hizo que Gonzalo se desvaneciera y cayera al suelo.
Sus familiares, quienes estaban en otras mesas, corrieron a su auxilio y los casinos detectaron rápidamente a los integrantes del grupo. Los médicos determinaron que Gonzalo había sufrido una lipotimia, una pérdida de conocimiento por falta de riego de sangre al cerebro que había sido provocada por el exceso de estrés.
De esta manera, la historia de la mítica familia Pelayo en las ruletas de los casinos llega a su fin.
La historia continúa
Las Vegas marcó el fin de la historia de los Pelayo en las ruletas. Sin embargo, ese no fue el fin de la familia en el ámbito de las apuestas.
Gonzalo García Pelayo, el patriarca de la familia, llevó su atención al póker online en donde desarrolló nuevos métodos para mejorar las probabilidades de ganar. Él creó una academia de gran renombre, la cual ha dado al mundo el famoso campeón mundial de póker Juan Carlos Mortensen.
Iván García Pelayo pasó a ser el CEO del conglomerado familiar y en la actualidad administra un negocio relacionado con el póker y los casinos online. De igual forma, Vanessa García Pelayo continúa trabajando en el imperio familiar en el área de atención al cliente.
Cabe mencionar que años después de que los Pelayos fueran vetados de los casinos, los juzgados le han dado la razón a la familia y ahora pueden regresar.
La emocionante saga de juego aparece en el libro La fabulosa historia de los Pelayos y el documental Breaking Vegas: The roulette assault, que fue emitido en The History Channel. Sin embargo, una de las obras más representativas inspirada en la familia es la película The pelayos. Online se pueden encontrar varios tráileres que muestran las aventuras de los miembros en los casinos de Madrid.
Los pelayos son una verdadera lección de vida que enseña que para triunfar no hace falta trucos ilegales ni estratagemas malintencionadas, sino un poco de sagacidad, paciencia y mucha perseverancia.