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Paquete de BienvenidaReseña de la tragaperras El Luchador de Real Time Gaming
La tragaperras El Luchador de Real Time Gaming es un juego de casino online sin pies ni cabeza, producto de la ignorancia de quien fué el creativo de este juego. Si bien la tragaperras El Luchador falla absolutamente al intentar transportarnos al pancracio en donde leyendas como El Santo, Blue Demon y La Parka han luchado, no deja de ser divertida por su valor como comedia involuntaria. La tragaperras El Luchador es un gran ejemplo de algo que es tan pero tan malo que se convierte en bueno.
Las gráficas de la tragaperras El Luchador no hay que tomarlas en serio, así como la música que apenas recuerda a la música Ranchera, es decir a la que los Mariachis interpretan, pero estas pifias absolutas son parte del encanto kitch que la tragaperras El Luchador nos trae a la comodidad de la casa.
Con 5 rolos y 25 líneas de pago, la tragapérras El Luchador es un juego sencillo de casino online, donde no hay mini juegos pero hay mucha diversión por lo extremadamente ridículo que es.
El fondo gráfico es tan antiestético que es otro motivo más para soltar una alegre carcajada, relajarnos y disfrutar de este juego suigéneris llamado El Luchador.
Jugando a la tragaperras El Luchador de Real Time Gaming
Si la tragaperras El Luchador no fuera una joya de humor involuntario, realmente habría poco que hablar de su jugabilidad, ya que los símbolos son algoados personajes que alguna mente retorcida creyó que parecían luchadores.
Existe una ronda de bonos que se trata simplemente de dar click a un cuadrado que luego de minutos de analizalo detenidamente me di cuenta que era un cuadrilátero, representado más bien en un estilo pseudocubista mal ejecutado, una razón más para celebrar este hit de humor involuntario llamado El Luchador.
No queda más que jugar, reir y seguir riendo con este ridículo juego que además de muchas risas sarcásticas puede provocar muy buenos premios con su bote acumulado.
Definitivamente El Luchador es un juego que vale la penas para alegrarnos en esos días de tristeza.