No existe otro casino en el planeta que simbolice el estatus y la sofisticación tal como lo hace el casino de Monte Carlo en Mónaco. Esta casa de juego adornada se erige como la pieza central de Mónaco, un principado pequeño ubicado en la Riviera Francesa. Este paraíso pintoresco para los jugadores que a menudo se conoce como "un lugar de recreo para los ricos y famosos" ofrece a la élite una mezcla perfecta entre el lujo y el ocio.
El lujoso Casino de Monte Carlo fue construido en 1.863 por la casa Grimaldi de Mónaco para salvarse de la bancarrota y es uno de los casinos más antiguos del mundo. El arquitecto francés Jules Touzet creó el diseño del edificio con el estilo Beaux Art, el cual fue mejorado con un toldo de hierro forjado y dos pabellones coronados por cúpulas que enmarcan la entrada. Mosaicos, barandillas, guirnaldas, ventanas y puertas arqueadas, estatuas y relieves profundos de oro decoran las salas de juego públicas y privadas del casino. En la década de 1.890, el Casino de Monte Carlo se expandió para incluir la sala de conciertos Salle Garnier, un teatro de ópera y la sala de juegos Trente-Quarante. Además se construyeron dos torreones en la entrada principal que fueron adornados con dos relojes: uno que da la hora de Mónaco y otro el tiempo en París.
La hermosa arquitectura Belle Époque del Casino de Monte Carlo inspiró el casino ficticio "Royale-Les-Eaux" en la primera novela de James Bond escrita por Ian Fleming, Casino Royale, la cual fue publicada en 1.953. El Casino de Monte Carlo apareció junto con otros casinos de Mónaco en varias películas de James Bond, tales como Nunca digas nunca jamás, Golden Eye y Casino Royale. Este casino también sirvió como lugar de rodaje para la película La nueva gran estafa.
Cuando el casino abre sus puertas a las 2 de la tarde, una gran cantidad de Ferraris, Rolls Royces y Bentleys llegan al valet en la entrada principal. Una vez adentro, los clientes deben seguir un código estricto de vestimenta y no pueden usar pantalones cortos ni chancletas. Los hombres deben usar una chaqueta luego de las 8 de la noche en las salas de juego privadas. El personal dentro de la habitación de intercambio de divisas prepara una serie de maletines con fichas y placas con valores de hasta $200.000 dólares cada una, las cuales van destinadas a las salas de juego privadas del casino. Las personas increíblemente ricas no son las únicas que pueden disfrutar los juegos en este casino de Monte Carlo, ya que los tiquetes de entrada estándar cuestan únicamente 10 euros cada uno. Los jugadores que quieran apostar en Monte Carlo pueden elegir una variedad de juegos que incluyen la ruleta en su versión europea, francesa o inglesa, treinta y cuarenta (Trente et Quarante), punto banco, Chemin de Fer, blackjack, bacará, póker, craps y máquinas tragaperras. Los clientes también pueden apostar en las mesas de juego que se encuentran al aire libre y las máquinas localizadas en la terraza de la Racasse. A pesar de que el público puede ingresar a la mayoría de salas de juego, algunas habitaciones privadas permanecen reservadas estrictamente para los grandes apostadores.
Cientos de personas trabajan juntas en el casino entre bastidores para garantizar el nivel de servicio más alto y que todas las cosas permanezcan perfectas. Un grupo de artesanos que incluye a un carpintero y un experto en bordados y tapicería trabaja para construir y hacer mantenimiento a las mesas de juego. Los técnicos revisan todos los días el nivel y balance de las ruedas de la ruleta, además de buscar defectos en las bolas blancas y los dados. Durante los recesos, los valets descansan en una habitación pequeña llamada "la morgue", la cual se utilizaba en el pasado para almacenar los cuerpos de los apostadores desafortunados que perdían sus fortunas y se suicidaban inmediatamente de un disparo en las mesas de juego.
Además de las salas de juego, el Casino de Monte Carlo incluye varios restaurantes, cafés, teatros y el Hotel de Paris Monte-Carlo, el cual es el mejor de Mónaco y se ubica a la derecha del casino. Afuera de los casinos de Monte Carlo, los turistas pueden disfrutar de una vida nocturna animada, spas relajantes, paseos a lo largo de los bulevares empedrados o cenas en los restaurantes locales.
A pesar de que los ingresos de los casinos de Monte Carlo le generan grandes cantidades de recursos a Mónaco, sus ciudadanos tienen prohibida la entrada a cualquier sala de juegos de azar. Por lo tanto, los casinos en Mónaco revisan las identificaciones de cada persona en la entrada para hacer cumplir esta ley. Aun así, el Casino de Monte Carlo les ofrece a los visitantes de otros lugares uno de los sitios más importantes del mundo para apostar. Incluso aquellos que no conduzcan un Rolls Royce pueden disfrutar del diseño exquisito y la atmósfera de lujo de este casino en Monte Carlo.
Lee más acerca de Mónaco y otros lugares estupendos para apostar en "Las mejores ciudades del mundo para apostar".